La verdad tenemos que…
una campaña en la que los jóvenes de Colombia invitan a
abrazar la verdad para avanzar como país
Más de medio siglo de guerra en nuestros campos y ciudades, hace de la palabra
verdad, un clamor, una necesidad, un saber colectivo y un derecho. Una palabra en
plural, porque son múltiples las verdades, y un legado con las voces que escuchó la
Comisión y que quedan como nuestra mayor promesa de futuro.

La Comisión de la Verdad, lideró la titánica tarea de recolectar las verdades detrás del
horror del conflicto y dejarlas consignadas en un Legado que entregó a Colombia el
pasado mes de junio. Como documento histórico que es, hoy, la Fundación Mi Sangre
vuelve a sus páginas, sonidos e imágenes, para que las nuevas generaciones sean
quienes abracen la verdad y el relato nacional que está por escribirse.
Es así, como la Fundación, una organización social con más de 15 años de trabajo por la
construcción de una cultura de paz en el país y que ha impactado a 1.668.827 personas,
lanza la campaña: La verdad tenemos que…, una estrategia de movilización para la
incidencia social, que llegará a 37 municipios y 17 departamentos de la mano de 250
jóvenes líderes.
Desde Valdivia hasta Sogamoso, pasando por Tierralta y Barrancabermeja, los y las
jóvenes se tomarán las calles, parques y colegios, para expandir el mensaje del Legado
de la Comisión de la verdad, con su creatividad e ingenio, liderando iniciativas
artísticas, pedagógicas y culturales en los territorios del país más afectados por el
conflicto armado.
Más que reconocer la realidad vivida, esta campaña busca evidenciar la resiliencia
comunitaria y el papel que los y las jóvenes tienen en construir una cultura de paz desde
la cotidianidad, y entender este legado, no solo como un material de estudio y una
herramienta para la memoria, sino como una hoja de ruta para la no repetición. Es por
esto, que la iniciativa se concentra en los hallazgos y recomendaciones del informe, en
aquellas lecciones aprendidas que nos ayudarán a no volver a repetir los días oscuros
que apagaron tantas vidas.
Enfocados entonces en las recomendaciones para lograr una cultura para vivir en paz,
esta movilización invita a transformar y superar prejuicios, prácticas y formas de
relacionarnos que posibilitan que la violencia persista, así, los y las jóvenes líderes,
serán ejemplo y referente de reconciliación, empatía y apertura, para superar viejos
paradigmas y avanzar en un presente y un futuro diferente al que vivieron las
generaciones que les antecedieron.
En la voz del padre Francisco de Roux, cuando leyó la convocatoria a la paz grande en la
entrega del Informe, “los jóvenes deben encarar la verdad de las causas y los horrores
del conflicto armado y construir la nación nueva que está en sus manos”, el presidente

de la Comisión, también le pidió a los jóvenes “no colaborar en nada que profundice la
muerte, el odio y la desesperanza y ser los líderes en la puesta en marcha de las
recomendaciones que entrega la Comisión”.
Por nombrar algunas acciones, se realizarán cartas que llevan la verdad por
correspondencia, cruzando testimonios y mensajes más allá de las fronteras locales y
nacionales; Podcast (La verdad tenemos que… y Preguntas difíciles, respuestas de
verdad); murales; cine foros; cafés y aguapaneladas; talleres formativos en
instituciones educativas; entre otros.
Para darle la bienvenida a esta campaña en el universo digital se usará la etiqueta
#Laverdadtenemosque y se podrán conocer los proyectos de los y las jóvenes y otros
contenidos de interés en el marco de la estrategia, en las redes de la organización:
@Fmisangre.
La verdad tenemos que… escuchar, hablar, abrazar la diferencia, celebrar la diversidad,
participar más, reconocer lo que nos hizo tanto daño, aprender, no repetir.
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